¿Qué es la Teoría Polivagal?
La Teoría Polivagal es una propuesta neurofisiológica revolucionaria que redefine la comprensión del sistema nervioso autónomo (SNA) en los mamíferos, particularmente en humanos. Fue desarrollada por el neurocientífico Stephen Porges y establece que nuestras respuestas emocionales, sociales y fisiológicas están profundamente influenciadas por la evolución del nervio vago, el décimo par craneal.

The Polyvagal Theory: Neurophysiological Foundations of Emotions, Attachment, Communication, and Self-regulation (Norton Series on Interpersonal Neurobiology) (Edición en Inglés)
Este es el libro del cual hablo en este artículo. Muy recomendable su lectura.
Origen evolutivo
La teoría parte de una mirada filogenética: a medida que los vertebrados evolucionaron, también lo hizo su sistema nervioso autónomo, incorporando circuitos más complejos para adaptarse no solo a amenazas, sino también a la vida social. Así, los mamíferos desarrollaron un sistema nervioso que no solo lucha o huye, sino que también permite vincularse y comunicarse con otros de forma segura.
Tres circuitos autónomos jerárquicos
La teoría describe tres vías neurales distintas, organizadas jerárquicamente, que regulan nuestro comportamiento y reactividad ante el entorno:
1. Sistema de Inmovilización (más antiguo)
- Asociado a la respuesta de muerte fingida o colapso.
- Mediado por el nervio vago no mielinizado, que se origina en el núcleo dorsal del vago.
- Común en reptiles y vertebrados primitivos.
- En humanos, se activa bajo traumas extremos, provocando disociación, desmayo o parálisis.
2. Sistema de Movilización
- Controlado por el sistema nervioso simpático.
- Respuestas de lucha o huida.
- Aumenta el ritmo cardíaco, la presión arterial y el metabolismo para afrontar amenazas.
3. Sistema de Compromiso Social (más reciente)
- Exclusivo de mamíferos.
- Mediado por el nervio vago mielinizado, que se origina en el nucleus ambiguus.
- Regula expresiones faciales, prosodia de la voz, contacto visual, audición selectiva y ritmo cardíaco.
- Inhibe las respuestas simpáticas y activa un estado fisiológico de calma, ideal para la vinculación y la conexión social.
Neurocepción: clave de seguridad o amenaza
La neurocepción es el concepto central de esta teoría. Es un mecanismo neural inconsciente que evalúa si el entorno (externo o interno) es seguro, peligroso o amenaza vital:
- No requiere percepción consciente.
- Involucra estructuras como la amígdala, el corte temporal, el surco temporal superior y el giro fusiforme.
- Detecta señales de voz, expresiones faciales y movimientos para determinar si una situación o persona es confiable.
Cuando la neurocepción detecta seguridad, se activa el sistema de compromiso social. Si detecta peligro, se inhibe este sistema y se pasa a la movilización (huida o lucha), o en última instancia, a la inmovilización.
Integración con emociones y comunicación
La teoría postula una conexión directa entre el cerebro, la cara y el corazón. Las expresiones faciales, la voz y los gestos no solo comunican emociones, sino que también reflejan y regulan el estado interno del sistema nervioso:
- Si estás en calma, puedes mirar a los ojos, hablar con tono cálido, sonreír y conectar.
- Si tu sistema detecta amenaza, se activan conductas defensivas y se inhiben las habilidades sociales.
Impacto clínico: trauma y desregulación
La teoría polivagal tiene enormes implicancias clínicas, especialmente en trauma, ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático (TEPT), autismo, trastornos de apego y otras condiciones:
- Las personas traumatizadas tienden a operar desde circuitos más antiguos (movilización o inmovilización).
- Su sistema nervioso no puede detectar seguridad incluso cuando objetivamente están a salvo.
- Esto causa una desregulación fisiológica que se manifiesta en problemas digestivos, cardiacos, inmunitarios y de relación.
Aplicaciones prácticas y terapéuticas
La teoría justifica intervenciones no farmacológicas centradas en estimular el sistema social vagal para restaurar la regulación fisiológica. Entre ellas:
- Voz y prosodia calmada.
- Contacto visual empático y sostenido.
- Movimientos rítmicos (como el balanceo).
- Respiración lenta y profunda.
- Prácticas ancestrales: yoga, tai chi, canto en grupo, respiración consciente, etc..
Estas prácticas restauran el “freno vagal” y permiten a la persona volver al sistema social, con mayor capacidad de autocuidado, regulación emocional y vinculación.
Implicaciones evolutivas y filosóficas
La teoría también propone un cambio de paradigma:
El sistema nervioso humano no evolucionó solo para sobrevivir al peligro, sino para crear vínculos seguros y construir redes sociales.
Por eso, sanar implica no solo desactivar las respuestas defensivas, sino restablecer la capacidad biológica de vincularse y confiar.
Alimentación en neonatos y la regulación vagal
El proceso de alimentación en bebés es utilizado como modelo fisiológico para estudiar la maduración del sistema nervioso autónomo, particularmente el freno vagal:
- El acto de succión y deglución en los recién nacidos exige una sincronización compleja entre respiración, control cardíaco y actividad motora facial, todo mediado por el nervio vago mielinizado.
- Durante la alimentación, se observa una reducción de la variabilidad vagal (RSA) y un aumento del ritmo cardíaco, lo que indica la desactivación temporal del freno vagal para cubrir las demandas metabólicas de succionar.
- Tras la alimentación, hay una recuperación del tono vagal que ayuda a retornar a un estado de calma y digestión eficiente.
Uso clínico de la alimentación como evaluación neurológica
La alimentación se presenta también como prueba clínica funcional:
- Se utiliza el acto de alimentar (sucking test o feeding challenge) para evaluar la capacidad del sistema autónomo de regular la homeostasis y responder al estrés en neonatos, especialmente en prematuros o en situaciones de riesgo neurológico.
- Estas respuestas fisiológicas durante la alimentación pueden predecir futuras dificultades en la regulación emocional, social o cognitiva del infante.
Relación implícita: neuroregulación y metabolismo
En el libro no se trata directamente la nutrición en adultos, pero se extraen implicaciones indirectas desde una visión evolutiva:
- El estado autonómico (activado o calmado) influye directamente en la eficiencia digestiva, absorción, inflamación, microbiota y metabolismo.
- Desde una mirada evolutiva, alimentarse en estado de seguridad (activando el sistema vagal mielinizado) puede ser crucial para una digestión óptima y longevidad metabólica.
- Por tanto, prácticas como comer en calma, en comunidad, sin pantallas y con ritmo vagal activo, podrían verse como una forma de “alimentación polivagalmente coherente”.
RITMO CARDÍACO Y LA TEORÍA POLIVAGAL: MAPA DEL ESTADO AUTONÓMICO
Porges redefine la comprensión del ritmo cardíaco no como un simple dato cardiovascular, sino como un índice clave de la regulación autonómica y del estado emocional y social del individuo. El corazón se convierte así en un espejo del sistema nervioso.
¿Qué regula el ritmo cardíaco?
El ritmo cardíaco está influenciado por:
- El sistema nervioso simpático, que acelera el corazón.
- El nervio vago, que frena el corazón.
- Y dentro del vago, dos ramas:
- La rama no mielinizada (más antigua), del núcleo dorsal del vago.
- La rama mielinizada (más nueva), del nucleus ambiguus, específica de mamíferos, asociada al sistema de compromiso social.
Respiratory Sinus Arrhythmia (RSA): la clave del tono vagal
El RSA es una oscilación natural del ritmo cardíaco asociada al ciclo respiratorio. Es un biomarcador del freno vagal, es decir, de la capacidad del nervio vago para reducir la frecuencia cardíaca y promover calma fisiológica:
- Alta RSA = alto tono vagal = capacidad de regulación.
- Baja RSA = bajo tono vagal = estrés crónico o desregulación.
Se mide como variabilidad del ritmo cardíaco (HRV) y se utiliza en neonatología, trauma, ansiedad y estudios de regulación emocional.
Desarrollo fetal y neonatal
- El nervio vago mielinizado comienza a desarrollarse alrededor de la semana 23 de gestación y continúa hasta los 6 meses postparto.
- Durante la alimentación, la RSA disminuye y luego aumenta durante el descanso, reflejando la activación y recuperación del tono vagal.
- Los bebés prematuros tienen un tono vagal significativamente más bajo, lo que los hace más vulnerables al estrés, la bradicardia y la apnea.
“Vagal brake” (freno vagal): regulación dinámica del corazón
El concepto de «freno vagal» se refiere al papel de la rama mielinizada del vago como modulador de la frecuencia cardíaca en reposo. Funciona así:
- Cuando el sistema detecta seguridad, activa el freno vagal → baja el ritmo cardíaco → calma y socialización.
- Cuando se detecta amenaza, se retira el freno → sube el ritmo cardíaco → preparación para movilización.
Esto ocurre a nivel de milisegundos, de forma automática, y puede observarse en el patrón de latido a latido.
Implicancias clínicas del ritmo cardíaco
- El tono vagal bajo se asocia a ansiedad, trastorno por estrés postraumático (TEPT), dificultades en la regulación emocional y problemas de apego.
- Una RSA saludable permite flexibilidad fisiológica y emocional, mientras que su pérdida indica un sistema rígido, defensivo o colapsado.
- La vulnerabilidad al estrés puede medirse anticipadamente observando la RSA, sobre todo en neonatos y personas con enfermedades crónicas.
Intervenciones prácticas para modular el ritmo cardíaco
La regulación del ritmo cardíaco y el tono vagal puede entrenarse con:
- Respiración diafragmática lenta.
- Canto, gargareo o zumbidos (estimulan el vago).
- Contacto social seguro y voz prosódica.
- Regulación térmica (baños fríos o calor suave).
- Movimiento rítmico (caminar, mecerse, balancearse).
- Evitar pantallas, ruido y luz artificial antes de dormir (activa tono simpático).
Conclusión
La Teoría Polivagal de Stephen Porges no es solo un modelo neurofisiológico: es una nueva forma de entender cómo la biología dirige tu forma de sentir, vincularte, comunicar y sanar.
Porges demuestra que el sistema nervioso autónomo no opera en modo binario (lucha o huida) como se creía, sino en tres niveles jerárquicos profundamente conectados a nuestra evolución como especie mamífera: inmovilización (colapso), movilización (estrés) y compromiso social (regulación).
Y aquí está el giro disruptivo: tu estado fisiológico determina tu percepción del mundo. Tu cuerpo decide si puedes vincularte, pensar con claridad, digerir, o simplemente sobrevivir… y lo hace mucho antes de que tengas tiempo de racionalizarlo. Lo llama neurocepción, y es la llave oculta de tu bienestar.
El ritmo cardíaco, la variabilidad entre cada latido (RSA), el tono vagal… ya no son métricas técnicas. Son marcadores biológicos del grado de conexión contigo, con los otros y con la vida. Tu corazón late distinto si sientes seguridad. Tu digestión mejora si estás en calma. Tu energía cambia si respiras con conciencia.
Aunque el libro no trata explícitamente sobre dieta o nutrición, sus implicancias son brutales: no importa solo qué comes, sino en qué estado nervioso lo haces. Comer frente a pantallas, bajo luz artificial o en un estado de amenaza sutil pero constante, apaga tu sistema vagal y transforma la comida en inflamación.
Esto conecta con mi visión evolutiva: reconectar con lo fisiológicamente natural no es un lujo. Es supervivencia inteligente.
En resumen:
- La salud no es fuerza de voluntad. Es fisiología en coherencia.
- El trauma no es solo lo que te pasó. Es cómo quedó atrapado en tu nervio vago.
- La regulación emocional empieza en la respiración, no en la mente.
- Y tu energía no se hackea con café, sino con ritmos biológicos alineados.